lunes, 1 de septiembre de 2008

La realidad actual es sangrante, además de vergonzosa.

La violencia doméstica, en la que la mujer se lleva estadísticamente la peor parte de forma apabullante, es un problema que responde a múltiples causas y que se encuentra perversamente enquistado en nuestra sociedad.

La solución, por lo tanto, debe llegar desde muchos campos; pero, dos son de vital importancia, aunque sus frutos nos sean inmediatos ni milagrosos: la educación en la igualdad y el respeto, y la voluntad de los organismos oficiales de enfrentarse a la realidad para intentar cambiarla con iniciativas concretas, realistas y efectivas.

Ante este panorama, el programa de Inserción Laboral de Mujeres Monoparentales Asturianas abre una ventana a la esperanza de muchas mujeres y, lo que conviene subrayar, de sus hijos. Por eso, son preocupantes las voces que, sin criticar abiertamente las actuaciones de los distintos organismos, introducen de forma subrepticia dudas sobre la veracidad de los golpes, de los gritos de dolor y las muertes, de las humillaciones y la destrucción de las personas. Hay un dicho popular que, como muchos otros, revela esta verdad: “Quien hizo la ley hizo la trampa”. No obstante, si nos guiásemos por el miedo al engaño, ¿cuántas leyes o iniciativas oficiales dejaríamos en pie? Además, intentar recortar por los derechos de los más débiles, débiles socioeconómicamente hablando, es, si no de cobardes, sí de indolentes.

miércoles, 6 de agosto de 2008

Hoy he recibido una curiosa postal publicitaria.

PROFESOR ISMAEL
GRAN ILUSTRE VIDENTE MAGICO AFRICANO
CON RAPIDEZ, EFICACIA, GARANTÍA Y DISCRECIÓN
EL MAESTRO CHAMAN AFRICANO GRAN MEDIUM ESPIRITUAL MAGICO CON PODERES NATURALES, Y EXPERIENCIA EN TODOS LOS CAMPOS DE ALTA MAGIA AFRICANOS, RESUELVE TODO TIPO DE PROBLEMAS Y DIFICULTADES, POR DIFÍCIL QUE SEA: EMFERMEDADES CRÓNICAS, JUDICIALES, MATRIMONIALES, CONOCEDOR DE LOS SECRETOS, PROTECCIÓN, DEPRESIÓN, MAL DE OJO, LIMPIEZA, SUERTE, JUEGOS DE AZAR, ROMPER LIGADURA, IMPOTENCIA SEXUAL, Y LO MÁS EFICAZ PARA RECUPERAR LA PAREJA, Y ATRAER PERSONAS QUERIDAS, ENCONTRAR PAREJA, AMARRES Y CUALQUIER PROBLEMA MATRIMONIAL, EL TIENE LOS ESPIRITUS MAGICOS MÁS RAPIDOS QUE EXISTEN Y CUALQUIER OTRA DIFICULTAD QUE TENGAS EN EL AMOR LA SOLUCIONA INMEDIATAMENTE CON RESULTADOS AL 100 % GARA NTIZADOS DE 3 A 7 DÍAS COMO MÁXIMO. Todos los Días de 8 a 22 h.

sábado, 19 de julio de 2008

He huido de mí mismo y de los demás durante una temporada. Por fin he conseguido que los minutos y las horas se deslizaran con absoluta libertad entre mis dedos.
De Laura no sé nada. Yo cumplí con su encargo. He vendido todo lo que tenía y he ingresado el dinero en su cuenta corriente a espera de que me avise para enviárselo allí donde esté. Pero, de vez en cuando, me asalta el miedo. Ya son muchos días sin recibir una noticia suya. Cómo la echo de menos.

domingo, 30 de marzo de 2008

Soy una profesora que aún me sorprende el día a día de esta puñetera y, a la vez, genial profesión de la enseñanza.
Resulta que el otro día celebraba el aniversario de mis veintiocho años de casada y, por una tonta casualidad que no viene a cuento, se enteraron unos cuantos de mis alumnos, jóvenes mocosos de diecisiete y dieciocho años. Pues los tíos jodidos, sin cortarse un pelo (o al menos sin que se les notase mucho) van y se presentan en mi despacho después de acabar las clases y me dicen que me traen un regalo. La sorpresa era como para echarse a temblar y más cuando me dijeron que no era nada, que tan sólo era una poesía.
Y la leí. ¡Cómo no la iba a leer!
¡Qué cabrona es esta juventud! No me quiero poner sentimental. Pero, lo han conseguido. Y es que lo malo de esta profesión de enseñantes, y de la gente mayor en general, es perder el hilo con los jóvenes, cortar esa comunicación de tú a tú. Y no digo yo que ellos no se lo busquen en muchísimas ocasiones con sus actitudes y sus argumentaciones en falsete. Bien parece que están pidiendo a gritos que los dejemos por imposible. Sin embargo, no es ése el mejor camino. ¿No fuimos jóvenes todos alguna vez? ¿Y no actuamos todos de la misma o parecida forma aunque, eso sí, con máscaras distintas? ¿Y no sufrimos todos, al menos alguna vez, la incomprensión de los mayores y de nuestros profesores?
Tampoco es que a estas alturas me vaya a poner ñoña. Pero, ¿para qué negarlo? Me han tocado.
Claro que merece la pena esta juventud. Hasta ridículo parece decir tal cosa. Tienen corazón, tienen vitalidad, tienen ilusión y sueños. Por esto y alguna otra razón, siempre les digo, incluso hasta cuando no viene a cuento, que la juventud es como un caudaloso río que no debe emplear toda su fuerza bruta porque arrasaría con todo y, entonces, se quedaría solo, pero que tampoco debe estancarse porque nunca llevaría sus aguas hasta los mares del horizonte. Y que no se dejen bandear por vientos ajenos. Les digo que viajen por su cauce, el que les haya tocado en suerte a cada uno, pero que abran bien los ojos y que se rebelen contra las injusticias y, entonces, que sean valientes y que inventen ellos mismos nuevas rutas.
Se medioenfandan (porque ellos piensan que son verdaderamente libres y que hacen lo que quieren) cuando les digo que el verdadero pecado de los jóvenes es que no aprovechen su juventud para hacer todo lo que puedan y quieran. Pero, para todo esto, no encuentro otro medio sino la libertad, y ésta se consigue con el conocimiento, que te abre ventanas y te descubre nuevos mundos, ese conocimiento que cada día dibuja el amanecer con colores distintos. Que aprendan, que espabilen, si no, serán carne de cañón económico, o bélico, o político, o de género, de dogmatismos o fanatismo, o de... Que conozcan, que no sean idiotas y no se dejen mangonear por otros que no tienen otro mérito mayor sino el haber nacido con más dinero o en una familia de influencias más poderosas.
Esto es lo único que les deseo: que sean ellos mismos y que sean libres. Pero, ¡cómo carajo se van a conocer ellos mismos ni hacerse respetar por los otros si no riegan su mente!
(Está claro que, cuando me toque en suerte otra vida, quiero reencarnarme en un monje predicador. Así debe de ser como me ven ellos.)
No quería ponerme sentimental, pero estos cabrones de jóvenes me han ganado la partida. De verdad que guardan dentro de sí un buen corazón. Los admiro. Les deseo lo mejor en sus vidas. Y... ¡ojalá me hagan un poco de caso!

sábado, 29 de marzo de 2008

Aún recuerdo el poema que Dámaso Alonso dedicó a su madre. A pesar de los años y las arrugas, del reuma que hincha y deforma las manos, del cansancio, a pesar de todo, el poeta veía a su madre como una candorosa joven.
Según creo, el poeta ya no era un niño cuando escribió aquellos hermoso versos. Tendría la edad suficiente para admitir la realidad y, aun así, superarla con amor e imaginación, también con la suficiente ingenuidad.
Tú eres todavía un pequeña niña; cuatro años tan solo. Y por eso, hay realidades que no existen para ti; no existen porque tú no quieres. No necesitas imaginación. Tus propios ojo modelan sueños reales: tu madre y tu padre son casi unos niños, unos chicos más bien; nunca admitirías que tus abuelos son viejos: las arrugas que otros ven en sus rostros deben de ser para ti pasajeros frunces de ceño.
Sin embargo, irás creciendo y tus ojos verán con mayor profundidad y osadía. Pero no perderás. No puedes dejarte perder. ¡Has de ganar con amor e imaginación! Si quieres, también con un poco de ingenuidad.

Mi padre me escribió esto hace unos años...
Hoy, me apetecía recordarlo.
(De www.unapizquita.blogspot.com )

domingo, 23 de marzo de 2008

Chantal Sébire murió el miércoles diecinueve de marzo en su casa de Dijon, al este de Francia. Con su cáncer irreversible que le comía el rostro y le causaba severos dolores, luchó ante la justicia francesa por la eutanasia activa.

Hablaba tan sólo de su deseo de una muerte digna.

¿Quiénes se oponen?

domingo, 16 de marzo de 2008

Desde Bogotá. ¿Qué tal te van las cosas por ahí, hombre de las postales?
Yo ya lo tengo todo muy clarito. Pero necesito tu ayuda. Mañana me voy de esta increíble, bulliciosa e inefable ciudad. Estaré fuera dos meses. Después regresaré para volver a partir ya definitivamente. Y, para entonces, me gustaría que me lo tuvieras todo listo. Yo creo que es tiempo más que suficiente. ¡No pongas esa cara de agobiado y de mártir! No es para tanto. ¿No te dices amigo mío? ¿Y para qué están los amigos si no es para que a una le echen una mano en estas circunstancias?
Te cuento. Lo he pensado bien y he decidido que no voy a seguir el tratamiento de quimioterapia que me han sugerido contra mi cáncer de pulmón. Estoy dispuesta a aprovechar al máximo lo que me quede de vida con mis propias fuerzas. No se trata de una rendición. Para mí es una apuesta. Yo pongo mis ganas y mi ilusión en saldar una cuenta que tengo pendiente hace años. Por primera vez desde hace tiempo, voy a luchar por mis ideales. Ojalá me acompañe la suerte.
Ayer tarde vi el cielo despejado. Estaba tomando un café en "El Paraíso", sentada junto a una mesa desde donde veía la plaza Simón Bolívar, llena de mujeres y hombres paseando, de niños corriendo unos detrás de otros o jugando a las canicas. Y empecé a compadecerme de mí misma. A todos los veía sonrientes y felices, totalmente ajenos a mi desgracia. Y me rebelé. No podía ahogarme en mi propia pena. Tenía que luchar, tomar partido, revivir, aprovechar hasta el último suspiro. Le echaré un farol a la vida.
Ahora, escúchame bien. Quiero que te hagas cargo de todos mis bienes (te envío un poder firmado ante notario) para que los pongas en venta. No te preocupes en exceso de sacar el mayor beneficio sino en liquidarlo todo de aquí a dos meses y de la mejor forma posible. El bar lo vendes; la casa, también; y todo lo demás. A ti te regalo mi biblioteca, algunos de cuyos ejemplares sé muy bien que codiciabas. Son para ti, te los mereces. Y también mis discos. Lo demás, ya sabes, lo vendes, salvo algún papel personal que o te lo quedas o lo quemas. Y, cuando hayas terminado con la venta, me envías el dinero que saques a esta cuenta que te anoto aquí.
Estarás queriendo saber qué voy a hacer aquí y con ese dinero. Ya te lo cuento para la próxima.

jueves, 13 de marzo de 2008

El exconcejal socialista Isaías Carrasco fue asesinado por ETA el siete de marzo de 2008 en Mondragón


PIZARRA ABIERTA

irracional cobardía locura ceguera esperpéntico pelangoches criminal sinrazón inhumano ilógico imbécil demencial absurdo verdugos perverso grotesco
brutalidad sanguinario injusticia pendejos pusilámines
inútil

miércoles, 12 de marzo de 2008

A las 8:30, como cada mañana, suena el despertador de María con una insoportable música pegadiza. Y también, como cada mañana desde que llevamos aquí, María se levanta con una energía fuera de lo común que a mí me da muchísima rabia.

A las 9:00, me levanto y me introduzco en la ducha que se sitúa dentro de la habitación. “El currante”, así llamamos al único que ha encontrado trabajo por ahora, sigue durmiendo. Esta noche llegó a las seis de la mañana después de sacar muchas bolsas de basura y colocar miles de vasos en un bar de moda de esta ciudad tan cool. Así que yo apuro mi ducha al máximo con especial sigilo.

Cuando salgo, María ya se está pintando las pestañas y mirándose por enésima vez al espejo. Ahora, ya se está duchando la única que faltaba. Yo mientras me voy vistiendo, un poco ajustadita como nos han aconsejado nuestros colegas los que ya llevan un mes aquí.

Las tres bajamos a desayunar al comedor del hostal que ahora hace las veces de hogar. Siempre hay seis o siete personas alrededor de la mesa en forma de “U”, personas de distintos lugares del mundo que hablan en distintas lenguas. Todos se comunican con más o menos desparpajo en inglés. Yo intento “hacerme el oído” como dice “el currante” pero, después de las dos semanas que llevamos aquí, estoy cada vez más segura que nunca lograré entender más que “jachu jachu”.

Discutiendo como siempre por lo tarde que empezamos nuestra jornada, a las 10:15 conseguimos irnos las tres un día más en busca del tesoro. Tres calles más allá del hostal está la estación de metro más cercana. Dentro del “underground”, repasamos el recorrido. Con un gran mapa de la ciudad, nos estudiamos el trayecto que la noche pasada, mientras nos tomábamos una pinta de cerveza entre las tres “no currantes” (el dinero no da para más), planeamos que haríamos hoy.

Situadas en el punto de partida, nos dividimos las calles: “tú la de la derecha, y nosotras dos la de la izquierda”, “tú los pares, y yo los impares”. Entro en el primer restaurante que me toca. Un hombre dentro de la barra me mira con la misma sonrisa de sorna que llevo viendo desde hace dos semanas. “Un, dos tres. Respira hondo”, pienso a la vez que me acerco al hombre de la sonrisa de sorna. Me sudan las manos y el corazón me va a mil, no me acostumbro. Digo la frase maldita, “I´m looking for a job”, y extiendo con mi mano temblorosa mi currículum. Rezo para mi interior que no me conteste. “Jachu jachu” me sopeta el hombre sin piedad. “Ok, Good Bye” respondo sin haber entendido ni papa.

María ya me está esperando con una sonrisa. “¿Qué, cómo te ha ido?”, me dice. “Pues como siempre”. “No me extraña, parece que les estás lanzando una bomba y que deseas salir corriendo”.

El siguiente bar ya me espera.

Esta es la historia de nuestro día a día en Londres buscando trabajo. Está siendo una de las experiencias mejores de mi vida que dudo mucho que se me olvide. La ciudad es hermosísima, ya lo verás en la foto. Y vivir como un vecino más de esta inmensa ciudad es algo que jamás se me olvidará. Aunque no pase del “jachu jachu” y “I´m looking for a job” sea la frase que más veces haya repetido en estas dos últimas semanas, creo que estoy aprendiendo mucho más de lo que esperaba.

sábado, 9 de febrero de 2008

Anda, no te me pongas sentimental a estas alturas de la película.
Un día de éstos te escribo.
Por si aún no te has dado cuenta, soy Lucía.
Tiempo hace que no escribo nada yo mismo en las páginas de este cuaderno y tan sólo me voy alimentando de las postales que me envían mis amigos desde cualquier lugar del planeta. Desde que se fue Laura, he perdido el apetito por escribir. Ahora me doy cuenta de lo importante que eran mis noches en el bar de Laura. Allí discutía, allí se me criaban las ganas de desear, de luchar por las injusticias, de soñar. Lo peor de todo es que ya dudo de que Laura regrese alguna vez.
Y, a pesar de todo, hoy se me han encendido las tintas al leer en un periódico la visión directa que una cooperante de Médicos Sin Fronteras nos ofrece, a pie de las ametralladoras y los machetes, del pillaje y del bandidismo, de lo que está sucediendo en el Chad.
El caos y la barbarie serían un esperpento si no fueran una realidad: la guerrilla que cruza todo el país con trescientos vehículos en treinta y seis horas hasta llegar a la capital, N´djamena; el presidente Idriiss Deby que hace oídos sordos a una petición de gobierno de coalición; la presunta intervención en el conflicto de Sudán, ¿quizás para tapar sus vergüenzas descaradamente enseñadas en Darfur?; los intereses inconfesados de alguna potencia ¿excolonialista?, como Francia, que babearía ante los recursos de petróleo del Chad...
¡Qué pena que ya no esté Laura en el bar! Las penas, aun duras y difíciles de tragar, junto a ella y su mala uva, sus comentarios ácidos y penetrantes, huidizos o comprometidos, según anduviera de ánimo, se volvían más sufribles y hasta más fáciles de digerir.

jueves, 7 de febrero de 2008

¡Hola, hombre de las postales!

Te escribo para que sigas la colección.

No sé si has estado en Frankfurt. Si no es así, te gustaría.

Hace mucho frío y llueve un poco, pero es una ciudad gris y bohemia, con mucho encanto.

Y aprovecho para decirte que esto de las becas Erasmus es una chulada y una fuente de sabiduría. Y te hablo en serio. Sólo para que te hagas una idea. Yo estoy becada en Braga (ciudad del norte de Portugal, humedecida por los ríos Este y Cávado, orgullosa de su casco antiguo y con una cultura viva y palpitante a pie de calle); pero, lo más interesante es la cantidad de gente que conoces de otros países, de otras lenguas y de otras culturas, las amistades que haces, los intercambios. Y, así, te estoy escribiendo desde esta estupenda ciudad alemana.

Un beso grande.

sábado, 2 de febrero de 2008

No lo puedo creer. Es imposible que sea real. Incluso sería demasiado fuerte para el argumento de un cuento de horrores.

Desde luego que a estas alturas de la película no nos resulta nada extraño la noticia de un atentado en Bagdad ni tan siquiera a los que vivimos aquí, en medio de esta guerra. Ni tampoco percibimos como espectacular su fúnebre resultado: setenta y dos personas muertas y ciento cincuenta heridas. Ni prestamos atención a la zona en la que ocurrió, la chií; ni en qué lugar concreto, en el mercado de mascotas de Ghazil del centro de la ciudad o en un mercado de aves situado al sur. No, estos datos ya no cautivan nuestra atención. Más bien, resbalan sobre nuestros oídos.

Pero, la realidad puede ser aún increíblemente sorprendente. ¿De verdad es posible que se utilicen a mujeres con deficiencias mentales para cometer estos actos terroristas? ¿Quién fue capaz de despedirlas con un abrazo en su último viaje hacia la destrucción? ¿Quién es capaz de marcar los números de un móvil para hacer estallar los explosivos que estas mujeres, que no se encontraban en sus cabales, llevaban adosados a sus cuerpos?

Lo que tampoco puedo creer es que estas conjeturas sobre las terroristas fueran macabras invenciones de los responsables del ejército iraquí para denigrar aún más de lo que ya está la imagen de los grupos de la oposición violenta y mortífera.

Aunque, pensándolo bien, si la realidad de lo ocurrido dependiera de mi elección, me decidiría por la segunda opción. Parafraseando a Leibniz, sería la mejor de las posibles.

viernes, 1 de febrero de 2008

Decepcionado, me he marchado de Haro, donde junto con un centenar de colegas periodistas he seguido la vista sobre la demanda de veinte mil euros que Tomás Delgado Bartolomé había presentado para arreglar su coche. Lo que allí sucedió me pareció decepcionante. Así que, para alegrarme un poco, de camino a casa recalé en la Calle del Laurel de Logroño para chiquetear y refrescar la mente.Y aquí me encuentro, sentado en la esquina de una taberna, con medio vaso de un buen rioja sobre la mesa.

Considero que allí perdieron todos. Perdió el pobre de don Tomás, que se quedó sin sus veinte mil euros, después de haber mostrado coraje y osadía al reclamar a los padres del muchacho que murió atropellado por él un dinero no para pagarse un hospital donde se hubiera curado de las lesiones que nunca padeció ni para costearse un tratamiento psicológico por las secuelas psíquicas que el accidente le hubiera dejado sino para comprarse un flamante coche nuevo. Y, además, tiene que pagar las costas del juicio. Sí, la verdad es que me da pena este tal don Tomás.

Los padres del joven muerto, a pesar de que en Haro les aplaudieron como victoriosos, nada ganaron ese día, porque lo único que allí se produjo fue una retirada del contrario. Además, esta gente ya bastante bien sabe lo que es perder. En una aparentemente inocente noche del verano de 2004 perdieron a uno de los seres que más querían en la vida. Así las cosas, los padres de Enaitz Iriondo también perdieron en la vista de Haro. Y yo creo que ellos se hubieran merecido una victoria por todo lo alto.

Y el resto de la gente también perdió ese día, porque se quedó sin ver cómo actuaría la justicia en un caso como éste. Haber visto pelearse las neuronas del magistrado que se enfrentara a este caso sería como asistir a una batalla de gladiadores enfurecidos. A mí, personalmente, me hubiera gustado conocer la sentencia del juez en este caso. ¿Acaso volveríamos a comentar aquel latinismo, Summum ius summa iniuria?

jueves, 31 de enero de 2008

calles salpicadas de violencia y de muerte, aceras con cuerpos mutilados, cadáveres putrefactos, violaciones de mujeres y niños, masas de carne sin vida cosidas a machetazos, odios como cuchillos en los ojos, los más bajos instintos en las uñas de los dedos, obligada resignación de la miseria y del abandono,sueños cercenados de raíz,pisoteada la más mínima ilusión, olor a carne chamuscada, masas enfurecidas y descontraladas, regueros de almas sin apenas cuerpo que huyen de sus hogares en busca de un futuro desconocido, nubarrones de incertidumbre, miedo, castraciones en serie, sonrisas diabólicas, crudas luchas callejeras, tiroteos, sinrazones, bandas étnicas hermanas y rivales, juegos a muerte de adultos con arcos y flechas, casas incendiadas, saqueadores

No es esto una indecente y morbosa escena de una mala novela negra; es la puta y descarnada realidad actual de Kenia.

miércoles, 30 de enero de 2008

Oye, tío, no puedes seguir diciendo que no. Ya sabes que mi casa es la tuya y que me ofrezco como cicerone entretenido y con tiempo (eso es lo que le sobra a mi trabajo, aunque parezca increíble para los días que corren). Y, qué carajo, tengo muchas ganas de hablar y de pasear contigo. ¿Quieres algo más? Así que, ¿cuándo te decides a hacerme una visita? Además, imagino que ya te habrás enterado. Ahora se te ha presentado la mejor excusa para venir a Nueva York. Aquí han llegado las tres mil fotografías que Robert Capa perdió cuando huyó de París el año que acabó vuestra guerra y comenzó la de todo el mundo. ¡Qué gracia demostrasteis los españoles al ser unos adelantados! De sobra conozco tu obsesión por algunos episodios de tu historia como la Guerra Civil o la Revolución del 34, que, para decirte toda la verdad, a mí aún me resultan bastante incomprensibles. Y también me han llegado noticias de tu interés por las fotografías de Robert Capa. Como ves, aquí, en Nueva York, lo encontrarás todo, muchísimas cosas que ver, un amigo al que abrazar, y una visita al Centro Internacional de Fotografía de Midtown Manhattan, donde podrás contemplar las fotografías de tu admirado Robert Capa y las fotografías de "la maleta mexicana". Oye, ¿por qué te fascina tanto la Revolución del 34 y la Guerra Civil de tu querida España?
Un abrazo pequeño como adelanto de otro mucho mayor que espero darte en persona y muy pronto.

sábado, 26 de enero de 2008

Laura me vuelve a escribir.

Continúo en Bogotá. Te he de pedir algunos favores, porque he cambiado de planes. Ya te enviaré nuevas noticias más adelante, cuando yo misma haya asimilado mis nuevas decisiones y las tenga bien claras.
Por cierto, he leído en el periódico que ha muerto Ángel González. No sé si entristecerme o alegrarme. Ángel vivió su vida, vigilante, luchando por su libertad y la de los demás, comprometido con sus ideas, paseando con tranquilidad por las calles y las tabernas de medio mundo, amigo de sus amigos.
¿Recuerdas cuándo se caía por Oviedo y al atardecer se anclaba en la mesa de la esquina del bar, al lado del ventanal, justo enfrente de las escaleras en las que se deshace nuestra calle? Allí se pasaba el tiempo, hasta que se prendían las farolas de la calle. El vaso sobre la mesa, entre los dedos el cigarrillo.
Cuando me acercaba con la botella a rellenarle el vaso, siempre me hacía la misma pregunta.
-Laura, ¿cuándo te decides a cerrar el bar y regresar de nuevo a la enseñanza?
Y siempre acababa la pregunta con una sonrisa, con ironía, sin ruido, tal como él era.
Hoy me he acercado a una librería del centro de Bogotá y he vuelto a comprar algunos de sus libros. Ya sé que los tengo todos, o casi todos, ahí, en mi casa. Pero sentí ganas de releer unos cuantos poemas de quien fue y continúa siemdo mi poeta preferido.
Era astuto ese Ángel González. Era fino de palabra, taladraba las ideas sin aspavientos, sin bullicio, con claridad. Era un genio en el arte de cerrar un poema. Cortaba de un tajo y en seco los sentimientos, pero sin maltratarlos ni herirlos.
Si encuentras ocasión, dale de mi parte un abrazo y todo el cariño a su mujer.
Un beso también para ti, hombre de las postales.

viernes, 25 de enero de 2008

Aquí, en Gaza, se está intentando matar elefantes a perdigonazos y pulgas a cañonazos. Esta situación en la que vivimos, aparte de ser una injusticia manifiesta, es un real despropósito.
Soy palestina, tengo veinticinco años, y estoy esperando entrar en el hospital de un día para otro para dar a luz a un niño. El médico ya me ha dicho que mi parto ha de ser por cesárea, debido a mi estructura morfológica. Y en éstas estamos. Pero, cuando me llegue la hora, ¿habrá electricidad en el hospital? ¿Se habrán juntado para entonces los cables adecuados en las inefables cabezas del primer ministro israelí Ehud Olmert y su colega, el ministro de defensa Ehud Barak? ¿O no?
Pero, pensándolo bien y aunque el decirlo me duela hasta en lo más profundo de las entrañas, no tengo muy claro que desee de verdad que mi hijo venga con vida a este mundo. ¿Qué futuro le espera? ¿Qué sufrimientos? ¿Qué injusticias? Últimamente no dejo de acusarme de ser una mala madre por traer a un hijo a las tinieblas de este mundo, por arrojarlo en medio de esta realidad mísera, agobiante hasta la putrefacción, sangrienta, una realidad en carne viva y, lo peor de todo, sin un horizonte claro en el futuro.

martes, 22 de enero de 2008

Soy un cámara de una televisión francesa y junto a mis compañeros de equipo me encuentro en Nueva Delhi para rodar un documental sobre las ciento cincuenta mil personas sin techo que deambulan de un lado para otro en la capital de la India poseyendo únicamente la tierra como alfombra y como techo el cielo y sus estrellas.
A pesar de todo, esta gente no sufre por su pobreza, por su desamparo y abandono, al menos no en relación con el tamaño de la injusticia que padecen. Y no sufre porque en realidad no han visto ninguna otra vida mejor con la que poder comparar la suya. Esto es lo más triste, que se les niega el conocimiento de otras realidades que, al ignorarlas, nunca intentarán alcanzar porque, en realidad, ni tan siquiera saben que existen. Y así, conviven con su miseria y la aceptan con una extraña resignación. Desconocen incluso su derecho a la protesta y a la rebelión.

jueves, 10 de enero de 2008

Los warlords o señores de la guerra africanos no me parecen más criminales que los políticos tiránicos y corruptos o que los depredadores económicos de otras latitudes. Lo que sucede es que en África los instintos aún están a flor de piel porque la lucha por la supervivencia es en la mayoría de estos territorios la única y principal preocupación, y la lacerante injusticia social que aquí se respira de forma brutal ciega el entendimiento, cercena hasta el más mínimo sentimiento y animaliza violentamente al ser humano.
Tristemente, creo que ésta es la clave para poder entender la trágica realidad que estamos sufriendo en la actualidad en Kenia y para poder soportar actuaciones inhumanas y salvajes como la quema de una iglesia con más de cincuentas personas dentro, la mayoría niños y mujeres.

domingo, 6 de enero de 2008

Desde Ucrania.
Más que a ti, hombre de las postales, les escribo a mis dos nietos, que hace año y medio que se han ido con sus padres a España.
Hoy, después de dos semanas de no recibir noticias suyas porque se les había estropeado la computadora, he podido volver a chatear con ellos.
Me dicen que están muy contentos en el norte de España, que les gusta mucho la ciudad en la que viven, Oviedo, y que tienen muchos amigos.
Una caricia llena de emoción y de cariño para ellos, de sus abuelos.
Hoy he recibido, después de su partida, las primeras noticias de Laura.

Acabo de aterrizar en Bogotá.
No te lo vas a creer. Aunque sólo fue como el fogonazo de una fotografía, he visto a Gabriel García Márquez. Fueron apenas unos segundos antes de ser engullido por un grupo de periodistas y desaparecer de mi vista.
Me siento un poco cansada. Ahora mismo me voy al hotel a recoger fuerzas.
Ya te sigo contanto.

jueves, 3 de enero de 2008

Estoy pasando unos días e Liubliana, capital de Eslovenia, país que asume en la actualidad la presidencia del Consejo de la Unión Europea.
Lo que más me ha sorprendido es la constatación del mundo global en el que vivimos, al menos del globo hinchado y barrigudo de los ricos.
Digo esto porque lo que me ha llamado la atención de Liubliana, más incluso que su arquitectura barroca y modernista de Joze Plecnik, más que su mercadillo de antigüedades en Cankar Quay, su puente de los Dragones o la torre de su castillo, sus tiendas de diseño o sus bares de moda, ha sido la vestimenta de los jóvenes, que, una vez clasificados en las distintas tribus urbanas, son absolutamente unos clones de los jóvenes de cualquier otra ciudad eruropea, con la misma ropa y las mismas marcas, la misma estética, el mismo porte, el mismo caminar. Y la misma incomunicabilidad: calles llenas de jóvenes aislados, encerrados herméticamente en sí mismos con los auriculares de sus MP3.

miércoles, 2 de enero de 2008

Benazir Bhutto ha muerto en un criminal atentado. Pero no me interesa ahora la desaparición de la mujer Benazir Bhutto, hija mayor de Zulfikar Ali Bhutto, esposa de Asif Ali Zardari, y madre de Bilawal Bhutto. Tristemente es una muerte más del alocado carrusel de irracionalidad y violencia de este mundo y no quiero caer en una hagiografía que ni creo conveniente ni comparto.
Lo que sí me interesa es el asesinato de la líder del Partido Popular de Pakistán. Lo que sí me preocupa es la caída de un símbolo, la caída de una esperanza, la esperanza de que la vida política pakistaní se fuera sosegando y reencontrara caminos para la solución de sus graves problemas.
Por eso, no lloro ahora la muerte de una mujer. Lloro la desesperanza y la desorientación de 165 millones de pakistanís que ven peligar su futuro y observan atónitos cómo su vida depende de ese oculto juego de hilos que mueven el fantasmagórico espectáculo de la política. Lloro por la incertidumbre de esas anónimas mujeres que ahora mismo están llevando a sus hijos a las escuelas, o de esos hombres que acuden día a día y honradamente a sus trabajos, de esos ancianos que tienen dificultades para rematar sus vidas con dignidad o de esas anónimas chicas enamoradas que esperan ansiosamente la caída de la tarde. Lloro por mi país.