sábado, 19 de julio de 2008

He huido de mí mismo y de los demás durante una temporada. Por fin he conseguido que los minutos y las horas se deslizaran con absoluta libertad entre mis dedos.
De Laura no sé nada. Yo cumplí con su encargo. He vendido todo lo que tenía y he ingresado el dinero en su cuenta corriente a espera de que me avise para enviárselo allí donde esté. Pero, de vez en cuando, me asalta el miedo. Ya son muchos días sin recibir una noticia suya. Cómo la echo de menos.