sábado, 8 de septiembre de 2007

Te escribo desde Finlandia, hombre de las postales, porque lo prometido es deuda y, además, porque quiero.
Ya ves, recién licenciado en Veterinaria, quise irme a EEUU para perfeccionar mi inglés, y aquí me ves.
Hay dos cosas en esta tierra que me están costando mucho: primera, creerme muy importante en mi trabajo (como todo el mundo de aquí parece considerar) en una granja de cerdos, entre el blanco de la nieve y el negro de la noche, a ochenta kilómetros del pueblo más cercano; y segunda, tomarme unos segundos para meditar antes de hablar (si no lo haces así das el cante y quedas como un irreflexivo maleducado y charlatán). Así es Finlandia.

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