La postal, como recordarás, es de la plaza Wenceslao, aunque ya sé que en tu reciente viaje no te sorprendió tanto como correspondería al significado que tiene para los praguenses.
Para nosotros, la plaza Wenceslao es como la cebolla que con sus capas han ido conformando a nuestro pueblo, regada en muchísimas ocasiones con aguas exranjeras y, también, por qué no decirlo, perniciosas para nuestra salud mental, como esas dos lluvias ácidas que últimamente nos han caído encima: primero, el comunismo de la URSS y, ahora, el capitalismo de las mafias rusas.Y, aun así, no nos hemos vuelto locos.
Para nosotros, la plaza Wenceslao es como la cebolla que con sus capas han ido conformando a nuestro pueblo, regada en muchísimas ocasiones con aguas exranjeras y, también, por qué no decirlo, perniciosas para nuestra salud mental, como esas dos lluvias ácidas que últimamente nos han caído encima: primero, el comunismo de la URSS y, ahora, el capitalismo de las mafias rusas.Y, aun así, no nos hemos vuelto locos.
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