-No me habías enseñado esta postal de Madrid.
A veces, Laura, cuando se siente triste me hace quedarme en una esquina de la barra hasta que cierra el bar y, entonces, se autoinvita a pasar la noche en mi casa. Por supuesto, yo duermo en el sofá. Pero, antes de retirarse a mi habitación, ella se entretiene curioseando y desordenando todas mis cosas.
-No hay nada escrito por detrás.
-¿No te parece suficiente con la imagen?
-Yo creo que sí.
Cuando Laura está triste apenas responde con monosílabos.
-¿Y te la envían desde Madrid? -parecía que su curiosidad podía más que su tristeza.
-Por el matasellos, es evidente.
-Por el matasellos, es evidente.
-Pero, ¿hay Ku Klux Klan en España?
-La verdad es que no lo sé. Pero, de lo que sí estoy seguro es que hay gente que coquetea de forma más o menos descarada con la ideología de este movimiento. ¿No te has enterado de la conferencia de Madrid?
-¿De que conferencia me hablas? -parece que Laura se abrumó con la radio y se reconvirtió en una teleadicta. Me pregunto si su tristeza no vendría provocada por este nuevo cambio de chaqueta.
-Un grupo de extrema derecha junto con una editorial han invitado a un antiguo miembro del Ku Klux Klan y ex congresista republicano para que dicte un conferencia en Madrid.
-¿Dicte? Cada día estás más pedante.Así no hay manera ni de que algún día te regalen el Pulitzers.
-Lo que tú digas, Laura. Pero pensé que eras un poco más inteligente para eso de captar la ironía. Dictar, dictador, dictadura.. ¿Entiendes?
-Claro que entiendo. Y también sé muchas cosas. Y te voy a decir una: que, además de pedante, eres un relamido gilipollas.
Sin duda alguna, Laura estaba abandonando su depresión y volvía a ser ella misma. Sus últimas palabras eran una buena señal de su estado anímico.
¿La imagen de la postal? Tenebrosa, lacerante, sórdida e impactante: una cruz de madera ardiendo en la oscuridad y rodeada de un grupo de fantasmas disfrazados con sábanas blancas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario