Mi tío Norberto se marchó a Australia hace muchos años. Antes de partir me dejó dos regalos: una pistola de aire comprimido, que mi padre hizo desaparecer al poco tiempo, y toda la colección de tebeos "Apache", que releí varias veces en mi infancia y cuyo protagonista era mi héroe favorito (tristemente, la colección se perdió en alguno de mis múltiples cambios de casa durante mi juventud).
Al mes del viaje de mío tío Norberto, recibí una de mis primeras postales, era de Sidney.
Aún eres un mocoso, y puede que ahora no me entiendas. Pero, al menos, inténtalo, no seas tonto.
No desaproveches la vida que te tocó en suerte, no merece la pena. Diviértete lo que quieras y sólo obedece a tus padres en lo que debas (tu papel en esta película no es el mismo que el de ellos). Y, sobre todo, abre bien los ojos: ante ti se extienden infinitas cosas que debes conocer. Déjate sorprender, sé inquieto, también travieso. Muévete, viaja, intenta aprender todo lo que no sepas, aunque nunca llegues a lograrlo. Habla con todas las gentes; de todas aprenderás algo y a todas algo les enseñarás. No dejes nunca de querer saber y, lo más importante, de querer querer. No hagas daño a nadie; pero, que nadie te lo haga a ti. Y, por favor, sé libre.
P.D.: Ya sabes que nunca me he despedido de ti. No lo voy a hacer ahora.
Nunca más recibí noticias de mío tío Norberto. Y, sin embargo, cada viaje que emprendo siempre pienso en él.
Al mes del viaje de mío tío Norberto, recibí una de mis primeras postales, era de Sidney.
Aún eres un mocoso, y puede que ahora no me entiendas. Pero, al menos, inténtalo, no seas tonto.
No desaproveches la vida que te tocó en suerte, no merece la pena. Diviértete lo que quieras y sólo obedece a tus padres en lo que debas (tu papel en esta película no es el mismo que el de ellos). Y, sobre todo, abre bien los ojos: ante ti se extienden infinitas cosas que debes conocer. Déjate sorprender, sé inquieto, también travieso. Muévete, viaja, intenta aprender todo lo que no sepas, aunque nunca llegues a lograrlo. Habla con todas las gentes; de todas aprenderás algo y a todas algo les enseñarás. No dejes nunca de querer saber y, lo más importante, de querer querer. No hagas daño a nadie; pero, que nadie te lo haga a ti. Y, por favor, sé libre.
P.D.: Ya sabes que nunca me he despedido de ti. No lo voy a hacer ahora.
Nunca más recibí noticias de mío tío Norberto. Y, sin embargo, cada viaje que emprendo siempre pienso en él.
No hay comentarios:
Publicar un comentario